viernes, 16 de marzo de 2012

Oh, qué ganas de escribir un poema

Que se vierta en mí ese chorro
A través de mí
Hacer de canal vertebrado para que chorree
La visceral enseñanza
Que se vierta, que esta ansia se revierta y se convierta
En chorro, inclinación, sustancia
Caldo, germen,
Oh que esta ansia anide entre letritas
Que me coja el señor de las palabras
Que me lacte la madama de parole
Que se infle la lengua toca todo
Que lama, lama, lama
A bocados la boca acapara
Y lanza, lanza, lanza perfumi
Un perfumi del placer o del dolor pero lanza, lanza
Lanza perfumi, por favor
Querubines, hola, me están escuchando
Ahí están? Que sí!
Querubines queridos
Revolotéenme! Alóndrenme!
Gírenme a sus anchas nomás!
No se anden con chiquitas que éstas vuelan
Mayúsculas! Y prontas!
Se les sacude el lomo?
Se les aletea el capot?
Apresúrense, queridas ninfas desfachatadas
Oh, no temamos, tengamos, tengámoslo
Todo! Un ratito, un ratito, un puntito, un ratito
Tengámoslo todo
A pedir de boca

Una pera llega a mí

quiso crecer
hasta ser amarilla y blanca
carne jugosa
le hago una reverencia
con cada mordisco
despacio
para recordar
que no es sólo producto del cultivo
del interés económico
o del trabajo de seres que tal vez
con sus manos recogieron una a una
estas pompas de dulzor

esta pera que a mí llega
es fruto de la vida
que la instó a seguir creciendo
más allá de la flor
sin temer, sin dudar
hasta ser fruta
madura recompensa

qué suerte que no la olvidé en la heladera
que no se puso fea
todo ocurrió a tiempo
mastico agradecida
entera la disfruto
no pienso en otra cosa
entrego mi conjunto de papilas
mi tiempo de morder y de tragar
mi tiempo de comer
ahora
conozco el sabor de dios

Segunda floración de los jacarandás

Marzo
como copones llenos
algunas puntas de ramas
chorrean color luminoso
es el lila del cielo

A la mañana me asomo
saludo al nuevo día y ahí están

Unos gordos abejorros
trabajan desde temprano
abrevan, hurgan
con sus cuerpos oscuros
entre pétalos tan leves…

Sobre la vereda,
pocas flores caídas
y arriba, en la copa del árbol
más frescura florece en las ramas,
aún da luz el verano
color jacarandá

Yuyos que vienen con la rúcula

te emocionan los yuyos que vienen con la rúcula
y aprendiste a meditar cerrando los ojos frente al mar
confiaste y viste el color de tu relleno
luz rosa fluorescente
a veces se te va la mano
y cuando ves los bichos que crecen en el agua de una planta
en vez de rechazo te viene una oleada de ternura y pensás
qué maravilla, ¿esto de dónde salió?
ves vida brotando en todas partes
las bocinas de los autos son
un coro que sintoniza un om gigante
por eso, cuando en vez de admiración expansiva
todo se vacía como una pileta abandonada
los yuyos te parecen signos raros
y quisieras deshacerte de golpe
de esa incómoda desazón que para colmo
no tiene nada que ver con el día radiante
que no logra consolarte
sino que muestra con todo su sol
tu sequía de emociones alentadoras
¿qué hacer, vida mía?
que los ángeles me guíen
entro en mi modo tristón
hundo mis manos en ese barro
en vez de sentir asco
acaricio el dolor sin pena, con paciencia
y no espero que se vaya
simplemente me quedo ahí
dejando que llore lo que late lento
lo que trae la caída y pierde impulso
tal vez
en un rato
se exprima la incomodidad y un grillo
revierta todo
cantando más allá de la tristeza